Venezuela llega a 100 días de protestas con incertidumbre sobre salida a la crisis

Para la oposición, el arresto domiciliario de Leopoldo López es una esperanza en su lucha por la libertad del país.

El dirigente opositor, Leopoldo López, recibió la medida de casa por cárcel un día antes de que se cumplieran 100 días de manifestaciones en las calles contra el gobierno de Nicolás Maduro. La decisión es vista por algunos sectores como un paso positivo y un resultado de la presión que han hecho durante ese tiempo, sin embargo no sé sabe si puede llevar a una negociación efectiva entre el oficialismo y sus contradictores.

La Mesa de la Unidad Democrática y sus aliados manifestaron que seguirán con sus acciones de calle en todo el país, y que la excarcelación de López es un incentivo más para continuar protestando, bajo un liderazgo que ahora podrá estar más presente. Aseguran que ahora hay mayor convicción de que pueden ejercer presión, y junto con la comunidad internacional, llevar a que el gobierno tome medidas en favor de los derechos de la población.

Mientras eso sucede, los expertos aseguran que es una medida de Nicolás Maduro para rebajar la tensión que ha ido creciendo en los últimos días. Después de que Leopoldo López fue trasladado a su casa, el presidente invitó a la oposición, a los estudiantes y a todos los sectores del país a un “gran diálogo nacional” para conseguir un acuerdo de paz. Además desde el oficialismo reconocieron la importancia de la mediación internacional, especialmente desde España.

La fiscal general Luisa Ortega, quien se ha convertido en la una de las principales críticas de Maduro, manifestó que la excarcelación es una decisión para “lavar su imagen” y dijo que es inaceptable que “los presos sean tratados como rehenes”. La funcionaria actualmente se encuentra en un proceso de defensa frente a un posible enjuiciamiento y destitución tras una denuncia presentada por un diputado oficialista.

El ambiente en Venezuela a 100 días de protestas es de incertidumbre por un lado y de lucha por el otro. La oposición y el gobierno no saben cuál puede ser el resultado de unas nuevas negociaciones y se siguen acusando mutuamente de violencia y represión.

Además ninguno de los dos lados reconoce las consultas populares que se llevarán a cabo en los próximos días: desde el chavismo insisten en que el plebiscito de la oposición ajusta a los parámetros electorales, mientras que los opositores califican como un “fraude” el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente.